Ya con la banda celeste y blanca cruzándole el pecho, se sentó en la silla más ornamentada del teatro San Martín. Se puso los anteojos sin prisa, acomodó las 19 hojas del discurso sobre el escritorio y empezó a leer. La voz ronca del gobernador, José Alperovich, resonó en el auditorio, y sus seguidores festejaron con aplausos y vivas cada logro destacado por el mandatario. Así, en su tercer acto de asunción consecutivo, el titular del Ejecutivo repasó los casi 3.000 días de gestión e hizo gala del contundente triunfo obtenido en las elecciones pasadas. "Ha sido decisivo el apoyo y el acompañamiento de la mayoría de los tucumanos. Si el proyecto de un gobernante consigue el respaldo del pueblo se convierte en una fuerza formidable, capaz de transformar la realidad", dijo ayer Alperovich.
Cerca del mediodía, luego de prestar juramento, el mandatario se ubicó entre su esposa y actual senadora, Silvia Rojkés, y el vicegobernador Juan Manzur, quien luego de pedir licencia se reincorporará al frente del Ministerio de Salud de la Nación.
Casi sin cambiar el ritmo de lectura, Alperovich dio su discurso para remarcar los puntos más favorables de su administración. "Ahora la responsabilidad que tenemos por delante en este nuevo período de gobierno es continuar la lucha contra la pobreza, la indigencia y la desocupación, y avanzar aún más en todo lo hecho en materia de educación, vivienda y salud", aseveró el titular del Poder Ejecutivo.
Por ejemplo, aseguró que el índice de desempleo en la provincia es del 3,5%. Y añadió: "debemos dar un salto de calidad en todos aquellos terrenos en que hemos hechos importantes progresos".
También se refirió a la seguridad, que identificó como uno de los temas más preocupantes para los tucumanos. En ese sentido, recordó que el plan de cámaras de vigilancia en las calles alcanzará a las localidades de Banda del Río Salí, Las Talitas, Tafí Viejo, Monteros, Concepción y Aguilares (funciona hace un año en la capital). "Ahora tenemos que proveer a nuestros policías de los mejores instrumentos y desarrollar en ellos a través de la capacitación más y mejores habilidades para enfrentar el delito", señaló.
Alperovich mencionó varios proyectos. Uno de los más celebrados por los legisladores y funcionarios presentes fue el de la ruta 38: "tenemos pensado en los próximos dos años ampliarla, en un tramo de casi dos kilómetros y medio que irá desde el puente del Río Gastona hasta la rotonda sur de la ciudad de Concepción", dijo. En cuanto a la producción, aseveró que no se trata solamente de caña de azúcar. "Tucumán, además, es citrus, soja, arándano, frutilla, miel, industria metal-mecánica y textil, construcción, servicios y comercio; también Pymes, software, turismo e innovación tecnológica", dijo. Y añadió: "probablemente, nada de todo lo hecho hubiese sido posible si ese gran argentino, Néstor Kirchner, no le hubiera devuelto al Estado un rol decisivo en la salud, la educación y el desarrollo de los argentinos".
Entonces, por primera vez, Alperovich interrumpió su discurso, levantó la mirada de la hoja y se dirigió a los palcos. "La verdad, chicos, que si a alguien hay que cantarle es a Néstor...", arengó el mandatario. Y sus deseos fueron cumplidos en el acto.
Por último, por si no había quedado claro que la fiesta era suya, envió un mensaje por elevación para los opositores. "Asumo este nuevo mandato con la certeza de que en estos ocho años transcurridos hemos transformado Tucumán (...). Esta convicción me viene no solo de los datos que he expuesto a lo largo de este mensaje, sino también del mensaje que surge de las urnas", afirmó Alperovich entre aplausos.